PAULA ARENAS
- "La explosión de la platería hizo que todo cambiara: sin ello no habríamos logrado la hegemonía", afirma el comisario de la exposición 'Plata. Realidad y Deseo'.
- El Museo de Artes Decorativas alberga una muestra única sobre platería civil en nuestro país con objetos que abarcan desde el siglo XIV hasta el XX.
- La nobleza donó la mayoría de la plata para los conflictos en los que estaba inmersa España, y así es como se perdió buena parte de las grandes colecciones.
"Nunca hubiera tenido España la hegemonía del mundo si no hubiera sido por la plata", afirma Javier Alonso, historiador y comisario de la exposición Plata. Deseo y Realidad que del 28 de enero al 27 de abril alberga el Museo Nacional de Artes Decorativas y en la que se muestran objetos de plata todos de nuestro país desde el siglo XV hasta el siglo XX.
"Y aún te digo más, tampoco habríamos entrado en el capitalismo. La explosión de la platería tras el Descubrimiento hizo que todo cambiara, jamás habríamos logrado la hegemonía sin los metales preciosos que de allí trajimos".
La cara fea: cómo dejamos América. "Sí, el precio fue alto", responde Alonso, que ha querido mostrar lo mejor de la colección de platería civil del Museo. Eso sí, imposible no hacerlo en un país como el nuestro donde la platería religiosa se lo lleva casi todo, hay una sala dedicada a la parte religiosa.
En la planta baja se dedican tres espacios introductorios a este metal con la más alta conductividad eléctrica (después cobre, que es el que se usa, y en tercer lugar: oro) y también térmica (el mejor conductor es el diamante, pero ya no se trata de un metal). En ellos se explica, por ejemplo, de dónde llegaba la plata antes del Descubrimiento, que era principalmente de las regiones germánicas. Y es que la historia de la plata es muy antigua, es uno de los siete metales conocidos desde la Antigüedad. "Está documentado su uso ya en Mesopotamia", afirma Alonso.
También hay sitio en la exhibición para explicar cómo se trabajaba la plata: "Ha habido una mecanización desde el siglo XIX pero algunas técnicas manuales que se usaron desde el principio hoy se siguen usando", asegura el comisario. Muchos joyeros siguen empleando en la actualidad iguales técnicas que en el siglo XIV para crear piezas únicas.
Ya en la primera planta del Museo se exhibe la selección de la colección: la pieza religiosa más antigua data del XIV, y tras eso llega el centro de la muestra, la platería civil, una manera de repasar también parte de nuestra historia, usos de la nobleza, saqueos de las guerras y donaciones, hábitos y costumbres, influencias de Francia...
Los servicios de mesa son enteros de plata (los más antiguos de la exposición son del XVII, es muy complicado encontrarlos anteriores dado el reaprovechamiento que se hacía de la plata) y pertenecían a la nobleza. Ellos eran quienes tenían poder para tener hasta mesas de más de un metro enteras de plata repujada del siglo XVI.
"En España había mucha plata, pero el XVII fue un siglo duro y mucha salió a zonas en conflicto. La nobleza la enviaba para pagar a los soldados. Se ha llegado a documentar más de 200 kilos de plata en piezas entre casas y palacios, pero la mayoría ha desaparecido", cuenta el comisario.
Parece una cifra alta pero al compararla con la plata de la Iglesia: "Si, por ejemplo, en León hay 900 municipios, con unas 700 parroquias y contemos con que como mínimo cada una tenga un cáliz de plata: eso son toneladas de plata", dice Alonso, "era un gran negocio. Hubo una orden papal que decía que lo cálices, copones, cajas... no podían hacerse con materiales perecederos o indignos. Así pues o se usaban metales nobles (oro o plata). Desde entonces hasta hoy, primero en el culto cristiano y en el católico después, así ha sido. Por esto se ha conservado mucha más platería religiosa que civil".
Objeto de superstición y leyenda
Relacionado con lo religioso, aunque tenga mucho de supersticioso, se muestran también en el Museo sonajeros de plata que se suponía protegían al bebé de enfermedades, malos espíritus y males de ojo.
La plata, como el oro y las piedras preciosas, ha sido siempre objeto de leyendas, mitos y atribución de poderes curativos.
El llamador de ángeles es otro objeto (hoy sigue siendo frecuente su uso) de plata con su particular historia. Este 'adorno, que consiste en una esfera redonda de plata que emite un sonido de cascabel (atractivo para los ángeles, de ahí su nombre), se lleva en el cuello como colgante o se coloca en cunas o puertas. La leyenda dice que protege a quien lo lleva y favorece su bienestar.
Otro de los usos del llamador lo hacen las embarazadas: se supone que protege al futuro hijo.
Otras leyendas tienen que más ver con el terror, en concreto: criaturas como los hombres lobo y los vampiros. Matar un hombre lobo sólo será posible, según el mito, con una lanza con la punta de plata o una bala del mismo metal y aterrorizar a un vampiro será sencillo con una cruz de plata.
La plata: el metal casi perfecto y el símbolo de la ostentación
La diferencia fundamental con el oro, y por eso su precio es más bajo, la da Alonso: "El oro es perfecto, la plata tiene un pequeño defecto porque puede morir con el sulfuro de hidrógeno, ya que tiene azufre y el azufre mata a la plata, que es oxidación y es lo que hace que se ponga negra". Perfecto el oro salvo en cuestiones físicas: ya que la plata es mejor conductor eléctrico y térmico.
Pero ¿no se limpia? "Sí, lo que ocurre es que cuando estás eliminado lo negro, que se genera en el propio material, estás eliminado también plata. En muy poca cantidad, pero la estás eliminado. Y eso no sucede ni con el oro ni con el platino".
La gran joya de la exposición de este metal casi perfecto es un bufete de más de un metro forrado entero de plata repujada. Mueble que no tenía más utilidad que mostrar el 'poderío' de su dueño.
Hay no obstante, aunque fuera de España, ejemplos mucho más ostentosos de platería: "En Alemania hay un palacio con un palco entero de plata", cuenta Javier, que explica que la plata era la manera de decir: mira qué poderoso y rico soy.
Lo que sí se usaba en cambio y no había casa noble que no lo tuviera eran servicios de mesa completos. "La gente comía en platos de plata". ¿Y los cubiertos no eran de plata también? "Es que hasta que llegó la influencia francesa se comía con las manos". En plato de plata, pero con las manos. "Venía un señor del servicio con el plato preparado y la comida perfectamente desmenuzada, así que era sencillo comerlo con las manos".
Plata que ya en el siglo XVI empieza a ser marcada para evitar el fraude. En el XVII algunos centros incorporaron la señal del marcador o fiel contraste, ya en el XIX la marca cronológica.
También se muestran en la exposición los tocadores que durante siglos usaron las mujeres nobles: peines, polveras, cepillos, bandejas para los peines, jofainas.., todo era de plata.
Curioso el cambio que en no demasiado tiempo ha dado todo esto. Las bandejas de plata, los servicios de mesa, las bandejas, la ostentación decorativa que daba la plata y que casi obligatoriamente había de estar en cualquier palacio o casa que se preciara de su escalafón social ha dado paso casi a todo lo contrario.
Difícil entrar hoy en una casa (salvo personas ya de cierta edad y procedentes de clases altas) en la que la plata sea protagonista. Todo aquel brillo y lujo ha dado paso a un minimalismo que si bien en ocasiones puede ser igual de caro huye casi siempre de aquel brillo que daba este metal que, esi sí, sigue siendo precioso.
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